La creación de seres fantásticos nos ha permitido conocer una fauna totalmente extraña a nuestros ojos hasta la fecha. No cabe duda de que la ficción se ha apoderado de la mayoría de los textos y, aunque teniendo una base en la realidad, hemos asistido a textos realmente interesantes y creativos.
EL MURCIPEZ
El murcipez era un animal muy característico en su especie. Tenía un cuerpo gigantesco de pez, de un color rojizo, con tonos azulados por la cola. En vez de tener cabeza de pez, tenía la cabeza pequeña de un horroroso murciélago -una cabeza de color marrón, casi negro- y presentaba unas orejas de un tono rosa y unos ojos verdes oscuros. Tenía pelo por la cabeza, generalmente negro.
Vivía en el agua, en aguas tropicales, y se alimentaba de pequeños pececillos que mastica con sus potentes dientes. Se desplaza a grandes velocidades por el agua, gracias a su aleta trasera (cola). A veces, pegaba saltos para salir a la superficie y respirar. A menudo, en esas salidas fuera del agua emitía un sonido muy característico.
Este animal ha formado parte de leyendas marinas en las que atacaba barcos y luchaba contra sus guerreros.
CERNICALOSAURIOS
Estas criaturas, con cabeza y alas de los majestuosos y veloces cernícalos y cuerpo y patas de los sigilosos lagartos, llevan miles de años sobrevolando y vigilando como auténticos centinelas el cañón del Ríolobos.
Herederos de millones de años de desarrollo natural, los cernicalosaurios gozan desplazándose por los rocódromos del cañón y cazando las más difíciles presas como demostración de su poder.
Para ellos, la vida en el cañón es el mayor privilegio que un ser puede hallar en vida y defienden a toda costa el entorno de turistas ociosos que no respetan la naturaleza. Ya ha habido varios ataques a personas que han resultado gravemente heridas, pues estas bestias con veloz vuelo, gran tamaño y duras escamas suelen cazar zorros que abaten al momento clavando sus fuertes garras de lagarto. Cuando hay cazadores o cualquier otro tipo de peligro similar, los cernicalosaurios se refugian entre los huecos de las rocas o se sumergen bajo el agua, pero ellos siempre estarán en el cañón, defendiendo su libertad, y nunca dejarán que la civilización perturbe el desarrollo de esta gran reserva natural.
EL MURCIPEZ
El murcipez era un animal muy característico en su especie. Tenía un cuerpo gigantesco de pez, de un color rojizo, con tonos azulados por la cola. En vez de tener cabeza de pez, tenía la cabeza pequeña de un horroroso murciélago -una cabeza de color marrón, casi negro- y presentaba unas orejas de un tono rosa y unos ojos verdes oscuros. Tenía pelo por la cabeza, generalmente negro.
Vivía en el agua, en aguas tropicales, y se alimentaba de pequeños pececillos que mastica con sus potentes dientes. Se desplaza a grandes velocidades por el agua, gracias a su aleta trasera (cola). A veces, pegaba saltos para salir a la superficie y respirar. A menudo, en esas salidas fuera del agua emitía un sonido muy característico.
Este animal ha formado parte de leyendas marinas en las que atacaba barcos y luchaba contra sus guerreros.
(Enrique Gutiérrez)
CERNICALOSAURIOS
Estas criaturas, con cabeza y alas de los majestuosos y veloces cernícalos y cuerpo y patas de los sigilosos lagartos, llevan miles de años sobrevolando y vigilando como auténticos centinelas el cañón del Ríolobos.
Herederos de millones de años de desarrollo natural, los cernicalosaurios gozan desplazándose por los rocódromos del cañón y cazando las más difíciles presas como demostración de su poder.
Para ellos, la vida en el cañón es el mayor privilegio que un ser puede hallar en vida y defienden a toda costa el entorno de turistas ociosos que no respetan la naturaleza. Ya ha habido varios ataques a personas que han resultado gravemente heridas, pues estas bestias con veloz vuelo, gran tamaño y duras escamas suelen cazar zorros que abaten al momento clavando sus fuertes garras de lagarto. Cuando hay cazadores o cualquier otro tipo de peligro similar, los cernicalosaurios se refugian entre los huecos de las rocas o se sumergen bajo el agua, pero ellos siempre estarán en el cañón, defendiendo su libertad, y nunca dejarán que la civilización perturbe el desarrollo de esta gran reserva natural.
(Jon Jiménez Beltrán)
Imagen: http://letras.s5.com/al1912083.jpg
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